Los ojos junto con la piel están muy expuestos a las variaciones de temperatura ambiental. Con el frío también disminuye la producción de lágrimas y por lo tanto nuestros ojos se deshidratan. Además aunque las horas de sol son menores y su intensidad más baja, la exposición de los ojos en alta montaña donde la radiación UV aumenta un 4% por cada 300m de altitud, también puede producir quemaduras. Y no solo el ambiente exterior puede dañar los ojos también el ambiente del interior más caliente por las fuentes de calor pueden producir problemas.