El 13 de Diciembre celebramos Santa Lucía, patrona de los oftalmólogos y de los ciegos y desde el Desde el Instituto Oftalmológico Dr. Giménez nos unimos a esta celebración y queremos contarle que hay detrás de esta historia.
Es un día para homenajear a todos los profesionales que dedican su día a día al servicio del cuidado de la salud visual. Un día para homenajear a Santa Lucia de Siracusa ( 283 – 310 ), nacida en la ciudad italiana de Siracusa, de padres nobles y educada en la fe cristiana.
La leyenda cuenta que después de consagrar su vida a Dios y hacer un voto de castidad, su madre la obligó a casarse con un joven pagano.
La pobre Lucía (curiosamente su nombre significa “Luz para el mundo”) pensaba que iba a librarse de ese compromiso pero no fue así, sino todo lo contrario, fue sometida por su pretendiente a un juicio para abandonar la vida y fe cristiana. Lucia fue arrestada y obligada a hacer sacrificios a los dioses paganos, al negarse, el procónsul ordenó su martirio. Cuenta la leyenda que los soldados no podían mover de sitio a la santa, estaba inmóvil como una roca. Ante esta situación fue acusada de brujería y condenada a la hoguera. El fuego no puedo con ella, y volvió a ser juzgada. Durante uno de los juicios, ordenaron a los guardias que le sacaran los ojos, pero ella siguió viendo.
Finalmente el procónsul ordenó al verdugo que le cortará la cabeza.
En virtud del ultimo milagro, el de poder ver sin ojos, se le otorgó el patronazgo de la vista y Santa Lucía es patrona de oftalmólogos y auxiliadora de los ciegos.
A la patrona de la vista se le representa llevando en la mano izquierda los ojos que le fueron arrancados por los soldados, y en la otra mano, en la derecha y como símbolo de victoria, una palma.
Oración a Santa Lucía
Oh Bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía,
universalmente reconocida por el pueblo cristiano
como especial y poderosa abogada de la vista,
llenos de confianza a ti acudimos;
pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana
y le demos el uso para la salvación de nuestra alma,
sin turbar jamás nuestra mente en espectáculos peligrosos.
Y que todo lo que ellos vean se convierta en saludable
y valioso motivo de amar cada día más a Nuestro Creador
y Redentor Jesucristo, a quien por tu intercesión,
oh protectora nuestra; esperamos ver y amar eternamente
en la patria celestial. Amén.